
-¡Detente!- se mecía en la rama, cauteloso. (En su mirada profunda y obscura)
- Te eh estado observando.- en un frondoso, oscuro y silencioso camino en medio de la nada.
-Ahora que te aprecio tan cercano, me permito presentarme. No antes sino cual fuese tu motivo en este lugar, te advierto que no eres el único desorientado.-
bajo el techo de las estrellas.
- Tú eres el gran rumor, eres la gran advertencia. Oye el ruido de mis alas, oye las voces de cuanto hayas recordado, yo no te hablare pero tú verás, rostros tristes y tenaces, háblales aunque no te escuchen, corazones marchitos que guardan secretos y esos mismos que son la llave para encontrarlos. Viste el santuario alimentado por la peste, ensuciado por la ruina, y al oprobio, el crimen. Esa es la sombra que te asecha y los obscuros rincones disfrazados de sonrisas. Cadáveres vivientes postrados en sus ídolos.- Tierra pantanosa, húmeda y olorosa, alquitrán entre arboles gigantes que hablaban a voz del viento, en aquel halo de estrellas que iluminaban la obscuridad.
-No es mi intención faltarte .. .no no… shhs hhhshh… calla. No hay que tener miedo, tu eres parecido a mí. Solo que no tienes estas plumas que me cobijan, no.- Sé muy bien a que algún día te visite en la doceava, me susurraste infortunio, te ofrecí mi ayuda, te eh seguido desde entonces, todos llegan a este mundo acompañados de su soledad.-
-No susurres en el viento que anda suelta la calamidad. Ambos le debemos a Ptolomeo el presente. Dime cauteloso, ¿Qué te aterra tanto?, La misma tierra que te sostiene ahorita, piérdete demonio.-
- Uhf uhfhuf, no, no soy un demonio, uno ahorita te estaría tragando la cabeza mientras se bofa de tu inocencia. El gran sargazo de la muerte anticipada.-
Pienso en todas aquellas primicias que sosiegan mi sueño, mirada triste de tu bello rostro. Cerrando la cortina obscura del amanecer vecino me abstengo a de salir del letargo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario