lunes, 4 de abril de 2016

Nosocomio




Caminando en esos corredores, sintiendo el peso de días sin remedio a mi poco coherente y cordura cotidianidad. Me siento en la esquina de un asiento frio en un claroscuro pasillo que lleva décadas escribiendo en sus paredes las tímidas voces de almas impregnadas con su sangre y fluidos corporales. En ese pequeño espacio, traía conmigo esos lapsos cuando me compadezco de su dolor, de esos minutos al inclinarme a merced de sus preocupaciones, la sinceridad de mis comparecencias y su percibible grito de ansiedad en silencio.

La forma más humilde de un ser vivo, la fugaz convalecencia de un enfermo, aquella que me dobla cuando me mira, cuando interviene con su mirada en mis manos. En ese momento donde en secreto le entrego mis voluntades a un conocimiento abstracto de membranas y bombas de electrones. Ese lugar privado que encarna su vida. De aquellas que se pierden con un remordimiento suprimido.

Sollozo por instantes, mi garganta se desgarra en quietud, las mucosas peri orbitarias semihumedas y la muñeca que cansada de escribir reposa en mi rostro. Y así sigue, la noche de la desgracia, de la nueva vida al amanecer.. La naturaleza y el curso natural de la enfermedad se abren paso tratados de ser irrumpidos por preparados de alquimia farmacéutica y líquidos sintetizados en variables osmóticas. Espacio profundo anterior a todas las percepciones, y que de lejos las gobierna; A partir de él, de las líneas que cruza, de las masas que distribuye o jerarquiza, la enfermedad, al emerger bajo la mirada va a tomar cuerpo en un organismo vivo.

Normo cefálico, pupilas isocoricas y normo reflejas, foto fóbicas a la luz del día y al oscurecer de la muerte. La inocencia se pierde desde la primera guardia, cuando se observa la sensibilidad suplantada de inquietud, a veces remplazada por la tardía suplencia de la fascies hipocrática.

Aquí donde encuentras otros seres queridos esos que se suplantan en experiencias, los rostros que se van con otra noche que se inunda de sueño y se resuelve con norepinefrina. La conciencia que se hace difícil resolver, es suplantada al despertar como un sueño que va a repetirse. Que ya no suscribo.


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