Aún hay recuerdos de aquellas tardes de domingo. Como de principio a final, se iban pasando pensando en distracciones y cenizas de cigarro. Estaba recostado en aquel camastro junto a mi amigo platicando de las razones para estar lejos, salir de la ciudad de una vez por todas para nunca más volver. No era tan mala la idea, parecía. Más allá de playas, anocheceres y alcohol de por medio. Estaba resignado a abandonar todo, pues que podría esperar, estaba pidiendo aún que ambas se encontraran para mi infortunio. Ya acababa de leer mis pensamientos cuando en realidad, por un momento, aceptaba, igual, que no era momento de seguir hojeando las paginas del libro de Fuentes. Como dirían los ingleses - busman´s holiday- o sea, repitiendo en el ocio lo mismo que se hace en el trabajo.
-Tan solo quisiera hacer un recordatorio al aire- Pensaba.
Cuando solo se escuchaba un palpitar, mi corazón en aquel silencio donde solo el fondo del pasillo y el paso de los coches se desvanecía. -.. Existe un motivo, como ley tatuada en mi mano herida. Aunque ninguno de ellos, aún sigue sin justificar lo que hice. Me temo, que es mejor así, alejado. Con la culpa en la herida, con la fortuna de haber sido marcado nada más.-
Así, de nuevo tengo una buena razón para sonreír en veces. Solo me pregunto ¿Es la necesidad tan loable como la paciencia y la bondad? Mi catarsis, la verdad. El dibujo y mi café en el día. La increíble sensación de que tarde que temprano, sucederá que la inquietud y la casualidad actuaran para desenredar los murmullos en mi sien. Ahora, miro a cuadros sin lugar. Escucho canciones de sala café y me pregunto, por un momento. ¿Cuando?
Seguido, continuaba con la platica, distracciones y silencios que parecían ya rutinarios. Por que así pasaba las tardes de domingo, junto a Reak. Fumando, bebiendo y viendo a puntos inmóviles, mientras se hacía la improvisación, de verdades y otras pocas aseveraciones sin mucho sentido. Pero tanta verdad.
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