lunes, 30 de septiembre de 2013

Un sentido más




Fue una noche histórica para mi, apenas sí alcanzaba a reconocer la distancia entre mis palabras, el desvarío y aquellas miradas tímidas; entre la realidad y las ficciones aún por conocer en un fondo de canciones, las tipicamente preservadas en días lluviosos. De alegres y matices roces entre sonrisas. Me emocionó hablarle, me emocionó el ritmo de la vida en las mañanas. Las bancas de metal tenían huellas de letreros muchas veces borrados y vueltos a escribir por poetas procaces. Los arboles marchitos apenas si eran visibles a la luz de la calle, pues los faroles solo iluminaban los rostros de las personas por la noche, como sí fueran parte del mismo cuadro, las aves lucían como pinceles, los colores por alguna razón se iban diluyendo en dibujos por la mañana. Como del cielo después del día entero a sol abierto, la verdad es que nadie estaba seguro de nada en aquellos días. Solo ponernos de acuerdo para encontrarnos allí en una fecha y a una hora exactas, era el sentido de atreverse, era darle sentido a un día más en platica y sonrisas.


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