Y mientras le escribía un poema de cientos de rollos hasta llegada la noche, se aferró a pensar en que todo lo que le rodea era la razón de sus lamentos. Pero descubrió también que, tarde o temprano, alguien escribiría un poema en su nombre.. Quizás ese alguien se imaginaba en esta extraña situación, tratando de verse así mismo, tratando de entender algo que faltaba en su vida, ese algo aún seguía perdido, -mientras yo seguía escribiendo, mientras la luz de la vela se esfumaba y el frío que se escapaba por la ventana, me hacía perecer en una enfermedad, que me era por momentos indiferente. Aprendí a convivir en este sueño, del sueño de alguien tal vez, o es que yo creo a este personaje, fingiendo no existir, fingiendo escapar para entender por qué cometemos los mismos errores una y otra vez..-
En los tedios del abandono, sus únicas distracciones eran los relatos de hombres que cruzaban el desierto y los ejercicios del clavicordio antes de dormir. En las detalladas esquelas que escribía al atardecer no había nada de verdad, ocultaba sus penas. Escamoteaba la tristeza de una casa que a pesar de la luz sobre sus ventanales, sofocaba por las tardes y hacía de esa lluvia de madrugada constantes despertares que lo hacían vagar por los pasillos en la noche, se sentaba en su cama a leer así mismo su pensamiento, orando como fantasma que al día siguiente desaparecía.
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