Y es que es más allá de las barreras y los confines de su devenir, es la sed que le da la alegría. Las caricias a la almohada con las cuales se conforma de contar sus secretos. La forma más tierna de la existencia, un naufrago de la soledad y el martirio. La casualidad de ser algo de lo que más amo. De lo que humanamente más adorare, sin fin ni gloria detrás.
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