Consigue esa sonrisa, regresa esas lagrimas que nunca volvieron a ser las mismas. Adormece esa mirada, que finalmente lo has hecho con desdén mientras yo tranquilamente esperaba. tiernos ojos. Tierna vista que solo mentía. Mírame como sí fuera ayer que me decías que me amabas. Siente esto que arranca mis deseos, arranca mis esperanzas, te lleva tan lejos de un hombre, un hombre que no cree en la muerte.
Muerte maldita, así como me describiste tu aventura. Así como te enorgulleces de decir que lo hiciste, así como no te duele haberlo hecho. Tranquila duermes, te aprovechas del ciego y alejado. Del paciente idiota que te esperó hasta la hambruna, esperó hasta la noche, te esperó hasta el día en que me pediste no haberte llamado, te esperó a un lado del camino, aún esperando siendo el único que velaba sin sueño, que dormía sin roces, que dormía sin haberte traicionado.
Acuérdate de su nombre, acuérdate de tu engaño, que no se te olvide nunca que fuiste otra pobre cualquiera. Así remueves junto conmigo también la sonrisa, también mi mirada y también mis heridas. Así seguimos juntos, seguimos muertos y tú sigues con ellos maldita. Con la mierda; peste que acongojes y luego abrazas, besas y solicitas su presencia en mi lugar. Triste es tu destino, con esos otros que te arrastran muerte a ser la gala de sus vicios e ignorancia.
Puta apatía, puta por puta, puta nada más.
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